Este desierto, el más árido del mundo entre aquellos que no son polares, exhibe un riqueza biológica de enorme cantidad y calidad con doscientas especies de plantas sumada a una fauna variada.
Esta área natural protegida de Chile cubre 57.000 hectáreas entre los sectores de Travesía y Chañarcillo a treinta kilómetros de Copiapó y a ochenta de Vallenar.
Si bien todavía no hay detalles precisos sobre la fecha de apertura del espacio, el gobierno del actual presidente Gabriel Boric adelantó que abriría sus puertas para fines de diciembre próximo cuando recibiría a los primeros turistas locales e internacionales.
Además de este espacio natural en el desierto de Atacama, Chile ya tiene 44 parques nacionales distribuidos a lo largo de su territorio.
El desierto de Atacama es uno de los sitios más secos del planeta y su fenómeno del desierto florido representa un espectáculo natural que consiste en la germinación y el florecimiento de plantas como evento que se produce una vez cada diez años.
Producto del cambio climático, aumentó la frecuencia de las lluvias y se contabilizaron quince floraciones en las últimas cuatro décadas. Este fenómeno propicia el nacimiento de doscientas especies de flora tiñendo al paisaje de color rojo con tonalidades en diferentes gamas de magenta.
Se produce debido a las condiciones favorables de humedad, especialmente en primavera, después de inviernos rara vez lluviosos con precipitaciones que sobrepasan los quince mililitros de agua.
Ubicado entre el océano Pacífico y la Cordillera de los Andes, el desierto de Atacama tiene 1.600 kilómetros de largo siendo cincuenta veces más seco que el Valle de la Muerte en los Estados Unidos.