Con excursiones en lancha que parten a primera hora de la mañana y retornan seis horas después, los turistas contemplan tanto a los pingüinos penacho amarillo como a los Magallanes e incluso otras especies como lobos y elefantes marinos, merluza austral, el langostino patagónico y el calamar.
Epicentro del Parque Interjurisdiccional Marino Isla Pingüino que abarca 160.000 hectáreas del archipiélago, este destino santacruceño alberga a la colonia de pingüinos más cercana al continente.
Creado en 2012, el parque defiende el ecosistema marino protegiendo el patrimonio paisajístico, natural y cultural. Además, facilita monitoreos e investigaciones ambientales al mismo tiempo que promueve actividades sostenibles para concientizar sobre la importancia de la conservación.
Su faro y antigua factoría son íconos locales tal como el pingüino penacho amarillo también conocido como saltarrocas que en los meses de calor arriba a esta isla de origen volcánico que emergió del mar hace unos 150 millones de años.
Puerto Deseado está debajo de la Bahía de San Jorge, 750 kilómetros al norte de la capital santacruceña de Río Gallegos, y casi 300 kilómetros al sur de la portuaria chubutense de Comodoro Rivadavia. Aguas frías, azules y profundas, y cautivantes bahías, acantilados y cabos, enmarcan este destino turístico de la costa patagónica.
Fuente: Subsecretaría de Turismo de Puerto Deseado - Ricardo Pérez
Durante muchos siglos cuando era conocida como Isla de los Reyes, la actual Isla Pingüino fue la guía de navegantes que ahí hacían escalan para aprovisionarse de huevos de ave; grasa y cueros de lobos marinos para luego seguir viaje rumbo al Estrecho de Magallanes. Su nombre cambió cuando los ingleses la llamaron Penguin en alusión a la fauna del lugar.
Construido en 1903 combinando mampostería con hierro, el faro ubicado en el sector más elevado de la isla tiene veintidós metros de altura y, desde 1983, funciona con energía solar fotovoltaica gracias a los paneles instalados en el lugar. Otro punto destacado es la vieja factoría que procesaba grasa de lobos marinos y que sobrevive como postal de otros tiempos.
El navegante, expedicionario y educador Marcos Oliva Day en 1985 descubrió en la Isla Pingüino a la colonia de penachos amarillos más septentrional del mundo que se originó tras desprenderse de otra que ya existía mucho tiempo antes en nuestras Islas Malvinas.
El saltarrocas es el más pequeño de los pingüinos crestados, puede medir hasta cincuenta centímetros de alto y pesar dos kilos. Permanece en el mar varios días seguidos y bucear hasta cien metros de profundidad para cazar a su presa. Durante las temporadas reproductivas las colonias son multitudinarias, generando un escenario increíble para los visitantes que arriban a la Isla del Pingüino entre los meses de octubre y abril.
Si bien pueden ser agresivos entre ellos, son pacíficos en el trato con los turistas transformando la experiencia en una travesía única. El apodo de saltarrocas se debe a que saltan ágilmente de una piedra a otra a diferencia de otras especies que se deslizan en el hielo sobre sus vientres.
Suelen formar parejas de por vida y regresan a los mismos nidos que dejaron en los años anteriores, los adultos toman turnos para incubar los huevos y que, tras depender de sus padres para ser alimentados con peces, los pichones se reúnen con sus pares en una guardería para aprender colectivamente a nadar y cazar.
Fuente: Subsecretaría de Turismo de Puerto Deseado - Ricardo Pérez