Entre las principales medidas gubernamentales norteamericanas se destacan la limitación de accesos en las áreas sensibles y el impulso del transporte eléctrico en parques nacionales como Yellowstone y el Gran Cañón que son dos de los más concurridos a nivel nacional.

Deb Haaland, secretaria del Interior, aseguró que el plan busca equilibrar conservación y turismo, garantizando que las futuras generaciones también disfruten de estos paisajes.

“Los parques nacionales son joyas que debemos proteger, y este enfoque asegura su sostenibilidad a largo plazo”, explicó la fucionaria estadounidense en una conferencia de prensa oficial brindada en la ciudad de Denver.

El proyecto incluye la instalación de estaciones de carga eléctrica, la creación de rutas guiadas exclusivamente para bicicletas y el fomento de campamentos que utilicen energía solar. Además, se implementará un sistema de reservas anticipadas para evitar la sobrepoblación en temporadas altas.

La iniciativa tuvo una buena recepción entre los turistas. Según una encuesta reciente, el 65% de los visitantes apoyó las nuevas y valoró positivamente la experiencia mejorada en los parques con medidas de restricción. La estrategia también generó un aumento del 20% en el turismo rural en las zonas aledañas, diversificando los ingresos en estas regiones.

Este enfoque posicionó a Estados Unidos como un líder en turismo sostenible, reforzando la importancia de los parques nacionales como pilares del patrimonio natural del país.