Europa continuó siendo la región más visitada, con un incremento interanual del 12% en la llegada de turistas, según Eurostat. Destinos como España y Francia lideraron las preferencias, mientras que el sudeste asiático registró un crecimiento del 18%, con Tailandia y Vietnam destacándose como hubs estratégicos para el turismo internacional.
El impacto económico del turismo global fue igualmente notable. La OMT estima que el sector generó más de 1,6 billones de dólares en ingresos, representando un 10% del PIB mundial. Además, se crearon alrededor de 60 millones de empleos directos e indirectos, consolidando al turismo como un generador clave de empleo, especialmente en comunidades rurales y regiones en desarrollo.
Sin embargo, 2024 también expuso los desafíos del sector. El aumento del costo de la vida, los conflictos geopolíticos y la crisis climática impactaron de manera desigual a los destinos turísticos. En Europa, la ola de calor del verano afectó el turismo en países mediterráneos, mientras que en Asia y América Latina, fenómenos como inundaciones y huracanes generaron disrupciones significativas.
En respuesta a estos retos, la sostenibilidad se convirtió en un eje central de la estrategia global. Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), más del 40% de los viajeros internacionales priorizan destinos que implementan prácticas sostenibles, un cambio de paradigma que está impulsando inversiones en tecnología verde y en infraestructuras respetuosas con el medio ambiente.
Además, la digitalización fue un factor clave para la recuperación. En 2024, el 70% de las reservas globales se realizaron a través de plataformas digitales, una tendencia que beneficia tanto a grandes operadores como a pequeñas empresas locales que buscan expandir su alcance.
A pesar de los desafíos, el turismo global cierra el año con perspectivas optimistas. La capacidad del sector para adaptarse a las nuevas demandas del viajero y a un entorno cambiante refuerza su posición como un catalizador de crecimiento, innovación e inclusión.
El 2025 plantea nuevos retos y oportunidades, pero el turismo internacional está listo para liderar un cambio que genere ingresos al mismo tiempo que fomente la conservación cultural y ambiental.