Esta práctica no será ni más ni menos que la implementación de un carnet de vacunas, tal como los que ya existen para ingresar a Brasil y algunos países africanos, donde exigían la vacuna contra la fiebre amarilla entre otras, práctica que se vino realizando desde el siglo pasado.
En el mundo, a nivel de control sanitario, ya está todo inventado, la única diferencia es que la pandemia afectó absolutamente a todos los habitantes de la tierra, lo cual llevará a implementar sistemas que puedan garantizar qué el Coronavirus pueda transformarse, en términos biológicos, en lo que ha sido la influenza, que combatida con vacunas puede controlarse, o alguna de las enfermedades que las inoculaciones han podido desterrar como la viruela y la poliomielitis.
En 2009 la influenza H1 H1, mal llamada gripe porcina, fue declarada por los medios masivos de comunicación como una pandemia mundial, lo cual no ocurrió, transformándose en una epidemia localizada en determinadas partes del mundo. Pero el negocio fue el mismo que en esta instancia de pandemia por Covid 19: los grandes laboratorios generaron antivirales y vacunas que permitieron solventar sus economías, el miedo de los habitantes del globo y las “campañas publicitarias” oficiales, ayudaron a que la demanda fuera suficiente para facturar cifras astronómicas a los gobiernos del mundo.
Lo cierto será que todas las conjeturas que han surgido sobre la idea de pasaporte verde, IATA Travel Pass y demás ensayos de “pasaportes sanitarios” terminarán desvaneciéndose ante un carnet de vacunación, que deberá tener digitalmente la comprobación de que el portador fue inyectado con las dosis de rigor, el mencionado carnet / código QR, deberá ser controlado a través de una aplicación que necesariamente supervisarán la Organización Mundial de la Salud conjuntamente con la Organización Mundial de Turismo.
Mientras tanto, los medios seguirán propalando declaraciones de funcionarios que continuarán ensayando estrategias sobre el “carnet de la libertad” y las mil maneras de acomodarlo a la realidad de cada país, pero inexorablemente viajaremos al nuevo orden mundial, donde la libertad ya no será tal, el control de la población mundial será total y el negocio crecerá en forma exponencial.