La agenda de la “diplomacia presidencial”, como se denomina a los encuentros directos de los jefes de Estado, también abordó la problemática de los ríos compartidos, el turismo post-pandemia, la apertura de fronteras y los vuelos a las islas Malvinas, detallaron fuentes oficiales.
De la cena, servida en la residencia presidencial de Olivos, participaron también los cancilleres Felipe Solá y Francisco Bustillo. El jefe de la diplomacia uruguaya es un nexo directo entre Lacalle Pou y Fernández, por su amistad con el presidente argentino.
Los cancilleres habían coincidido semanas atrás en Lima, Perú, donde asistieron a la asunción de Pedro Castillo como presidente de Perú y acordaron la reunión.
La discordia entre ambos gobiernos tiene que ver con las miradas sobre el Mercosur, ya que Uruguay propuso una flexibilización de acuerdos unilaterales con países por fuera del bloque regional y Argentina quiere fortalecer el espacio
Ambos países mantienen una histórica y estrecha relación, el turismo de ida y vuelta abonó una amistad inherente a todos los estamentos sociales, no solo a la dirigencia política.
La coordinación en la apertura de fronteras será vital para que el turismo regional no vuelva a sucumbir por cuestiones epidemiológicas, para esto continuarán las reuniones entre ambos cancilleres, enmarcadas en la camaradería demostrada en un encuentro que marcará el camino a seguir en la relación binacional.
En noviembre de 2020, Fernández y Lacalle Pou compartieron un almuerzo de trabajo en la Estancia Anchorena, ubicada en la ciudad uruguaya de Colonia del Sacramento.
La devolución de atenciones, con una cena en Buenos Aires, abrió una puerta de esperanza para el diálogo entre dos países con gobiernos antagónicos, pero con una historia común que los une como pueblos.