La actividad turística en las playas genera ingresos fiscales directos de 820.000 millones de dólares, lo que podría aumentar a 1,3 billones si se considera toda la cadena de valor. Sin embargo, el futuro de este importante sector está en riesgo si no se toman medidas efectivas para protegerlo del cambio climático. Para ello, se estima que se necesitarían 30.000 millones de dólares para mitigación y 35.000 millones para adaptación, incluyendo la construcción de infraestructuras resilientes.
Las cifras son alarmantes, ya que la inversión requerida es solo el 8% de los ingresos fiscales directos que el turismo costero ya aporta. Ignorar esta realidad podría derivar en costos mucho mayores, no solo financieros, sino también en términos de vidas y bienestar como indicó Cristopher Imbsen, vicepresidente de Investigación y Sostenibilidad del WTTC.
Los destinos turísticos costeros enfrentan múltiples riesgos climáticos, como el aumento del nivel del mar y la intensificación de fenómenos meteorológicos extremos. Esto afecta tanto la demanda turística como la sustentabilidad de lugares icónicos, especialmente en pequeños estados insulares en desarrollo que dependen en gran medida del turismo. Por ejemplo, los huracanes en el Caribe podrían causar pérdidas de más de 100 millones de dólares anuales en ingresos turísticos.
Además, se proyecta que para 2050, 800 millones de personas vivirán en ciudades afectadas por la subida del nivel del mar. Ciudades como Miami, Nueva York y Mumbai están entre las más vulnerables. El turismo costero está en la primera línea de esta crisis, y es crucial que tanto gobiernos como empresas se unan para abordar las vulnerabilidades del sector.
Estrategias como la descarbonización del transporte, incluida la electrificación de flotas, son imprescindibles. Sin embargo, la creación de una infraestructura energética sostenible es fundamental para que estas soluciones sean efectivas. También se recomienda el uso de combustibles sostenibles en aviación y transporte marítimo, y la contratación de proveedores que apuesten por prácticas responsables.
Desde WTTC, se promueve el uso de soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración de manglares y arrecifes de coral, que son esenciales para proteger las costas y atraer turismo. Estas defensas naturales no solo ayudan a mitigar los efectos de tormentas, sino que también son vitales para mantener la belleza y diversidad de los destinos costeros.
Invirtiendo en la protección del turismo de playa, podemos asegurar un futuro más sostenible y próspero. Los profesionales del sector deben actuar ahora, uniendo esfuerzos para salvar tanto el medio ambiente como su propio sustento en esta industria vibrante y esencial.