Esta iniciativa del ministro de infraestructura y gestión del agua, Mark Harbers, refleja el cuidado del medioambiente que impera en los Países Bajos aún a costa de mermar la actividad de una de sus principales vías de acceso del turismo receptivo.
“Esta decisión sirve como base para establecer un nuevo equilibrio, queremos disminuir todo lo posible la contaminación sonora en los alrededores del aeropuerto”, explicó el titular de la cartera holandesa Mark Harbers, quien adelantó que el gobierno continuará trabajando de manera mancomunada con los vecinos y cada una de las empresas aéreas.
Principal operadora en el aeropuerto de Ámsterdam – Schiphol, la compañía local KLM emitió un comunicado oficial de prensa criticando esta determinación gubernamental porque implicaría “consecuencias dramáticas” para la empresa como el resto de las aerolíneas.
Según los voceros de KLM, el gobierno había anunciado previamente que autorizaría 540.000 vuelos al año y ahora sólo permite 440.000 que implica una reducción del 20% de las previsiones con las que trabajaba la compañía.
“Estos recortes del gobierno fueron anunciados sin deliberación previa ni debida argumentación”, se aseguró a través del texto institucional de KLM cuyos ejecutivos insistieron en que los flujos de tráfico de las nuevas rutas generarán las mismas o más emisiones de CO2.
Por su parte, los defensores de esta restricción gubernamental recordaron lo sucedido en la ciudad de Barcelona, uno de los grandes destinos turísticos de España, cuyo Aeropuerto Internacional de El Prat no se amplió debido a los eventuales perjuicios a sus entornos naturales protegidos.
Más allá de esto y tal como adelantamos en nuestra nota publicada en ElDiariodeViaje, el aeropuerto holandés de Schiphol en Ámsterdam reducirá la cantidad de vuelos durante la temporada alta estival debido a la escasez de personal tanto en las aerolíneas como en los operadores en tierra que impide atender a todos los pasajeros.