En declaraciones a la prensa británica, O'Leary advirtió que los precios de los pasajes de su compañía sufrirán un incremento del 10% en comparación con el verano anterior dado un retraso en las entregas de nuevos aviones por parte de Boeing.
Este aumento en las tarifas afectará al resto de las aerolíneas del viejo continente porque afrontarán la incapacidad de satisfacer la demanda de viajes durante la temporada alta.
El problema radica en el retraso en la entrega de 57 nuevos aviones Boeing 737 Max 8200 a Ryanair previstos originalmente para finales de marzo.
“El déficit en el número de aviones disponibles es resultado de la intensa supervisión de la Administración Federal de Aviación (FAA) sobre Boeing tras el incidente del 5 de enero donde un Boeing 737 Max 9 operado por Alaska Airlines sufrió una explosión en el aire”, sostuvo el ejecutivo.
Este incidente contribuyó a una preocupación generalizada sobre el control de calidad de los nuevos aviones de la compañía, llevando a una desaceleración en la velocidad de producción.
A esto se suma el retiro de más de 1.000 motores Pratt & Whitney de aviones Airbus en julio de 2023 por razones de seguridad, lo que ha exacerbado la escasez de aviones.
Los especialistas estiman que aerolíneas como Wizz Air, Lufthansa y Air France dejarán en tierra más del 20% de sus flota de A320 debido a este problema.
La previsión original de Ryanair era transportar 205 millones de pasajeros en el año hasta finales de marzo de 2025 pero esta cifra mermó a 200 millones exhibiendo las restricciones de capacidad.
"Con menos aviones tal vez tengamos que reducir esos 205 millones a 200 millones de pasajeros", explicó O'Leary revelando la gravedad de la crisis.