-
Coordinación entre navieras y compañías locales: Las empresas de cruceros trabajan en colaboración con las proveedoras de servicios en los destinos, como excursiones y avituallamiento. Esta sinergia permite que algunos pasajeros exploren la ciudad por su cuenta, mientras otros optan por excursiones de corta duración adaptadas a diferentes perfiles de clientes. Esto maximiza la experiencia del viajero y la satisfacción en tierra.
-
Atractivo del destino: No basta con contar con buenas infraestructuras y precios competitivos; es vital que el destino ofrezca atractivo dentro del puerto o en sus cercanías. Por ejemplo, excursiones de un día como la visita a la Alhambra desde Málaga o recorridos a Santiago de Compostela desde Vigo han demostrado ser exitosas al complementar la experiencia del crucerista.
-
Preferencia por puertos tranquilos y atención al detalle: Los cruceristas tienden a elegir puertos más tranquilos y valoran los detalles en el servicio recibido. Aunque suelen tener un alto poder adquisitivo, son exigentes y no están dispuestos a pagar más de lo que consideran justo por la calidad del servicio. Destinos como Cádiz, que combinan atractivos como Sevilla, logran captar su interés.
-
Actividades adaptadas al viajero breve: Los pasajeros de cruceros generalmente tienen solo unas pocas horas para disfrutar de un destino. Por eso, los lugares están adaptando su oferta para incluir actividades cortas, no solo en ocio y gastronomía, sino también en espectáculos culturales, como rutas de tapas o flamenco, que se ajusten al tiempo limitado de los cruceristas.
-
Crecimiento en ventas gracias a una buena relación calidad-precio: La estandarización y flexibilidad de los productos turísticos han permitido que el turismo de cruceros llegue a un público más amplio, incluidas las clases medias. Esto ha impulsado el crecimiento de las ventas al ofrecer un valor significativo.
-
Competencia por ser puertos de cruceros: Cada vez más ciudades costeras en España están buscando convertirse en puertos base para las navieras o al menos incluirse en sus itinerarios. Para lograrlo, es esencial contar con infraestructuras adecuadas, operadores locales de confianza y un excelente servicio al viajero, lo cual es clave para atraer y mantener la atención de las navieras.
Este enfoque multifacético ha llevado a un crecimiento sostenido en el turismo de cruceros, beneficiando tanto a las navieras como a los destinos. Para los profesionales de la industria turística, es crucial entender y adaptarse a estas dinámicas, asegurando que su oferta esté alineada con las necesidades y expectativas de esta creciente demanda.