El enoturismo bonaerense crece con bodegas que combinan viñedos, gastronomía y paisajes
Martes, 29 Julio 2025 06:00

El enoturismo bonaerense crece con bodegas que combinan viñedos, gastronomía y paisajes Foto: Pexels.com

La provincia de Buenos Aires afianza su perfil enoturístico con propuestas que ganan protagonismo en destinos emergentes como Tandil, Chapadmalal y Paraje Macedo donde sus bodegas boutique, viñedos y experiencias gastronómicas configuran un nuevo mapa del vino bonaerense. Estas iniciativas se destacan por su producción limitada, orientación artesanal y fuerte vínculo con el turismo regional.

En Tandil, la bodega Cordón Blanco se consolidó como referente de la vitivinicultura serrana, ofreciendo varietales como carmenere, syrah, sauvignon blanc, semillón, merlot y cabernet franc. Las visitas guiadas combinan degustaciones con paseos a caballo y actividades rurales, integrando el paisaje con la identidad local. A solo 350 km de CABA, este destino se convierte en una escapada ideal de fin de semana para amantes del vino y la naturaleza.

Chapadmalal, sobre la costa atlántica, es sede de una de las experiencias más desarrolladas: Trapiche Chapadmalal. La bodega elabora vinos influenciados por el clima marítimo, con humedad, viento y amplitud térmica que imprimen un sello propio a tintos y blancos jóvenes. Los recorridos por viñedos, las catas y el entorno natural cercano a Mar del Plata atraen a un público diverso que busca experiencias sensoriales junto al mar.

En Paraje Macedo, a 30 km del océano, la bodega Antiguo Legado propone una experiencia más íntima y familiar. Con visitas organizadas por la Dirección de Turismo local, el recorrido incluye degustación de pinot noir, rosé y tablas de productos regionales. Este proyecto en plena pampa húmeda demuestra que el vino bonaerense también tiene raíces profundas fuera del circuito tradicional.

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Los tres destinos integran una red creciente de enoturismo que combina producción, turismo rural y puesta en valor del territorio, especialmente activa en vacaciones y fines de semana largos.

Con el foco puesto en la sustentabilidad, la identidad local y la cercanía a grandes centros urbanos, cada una de estas propuestas bonaerenses ofrecen una alternativa genuina para viajeros que valoran lo artesanal, auténtico y territorial por sobre la producción industrializada.

El impulso del vino bonaerense diversifica la oferta turística de la provincia, también fortalece las economías regionales al mismo tiempo que genera empleo directo e indirecto genuino para amplíos sectores de la población local.

Al mismo tiempo, este segmento turítico posiciona a la provincia de Buenos Aires como una nueva frontera para el enoturismo argentino. La articulación entre el sector empresarial privado, los municipios y los organismos de promoción turística será un factor clave para consolidar este crecimiento con una mirada estratégica.

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