Líder del equipo interdisciplinario de especialistas en salud pública; marketing y turismo que llevó adelante este trabajo, el doctor Jun Wen consideró que unas buenas vacaciones ayudarían considerablemente a quienes padecen algún tipo de demencia.
“Antes casos de demencia, los expertos médicos suelen recetar tratamientos como la musicoterapia, ejercicio físico, estimulación cognitiva, terapia de reminiscencia, estimulación sensorial, adaptaciones a la hora de comer y el entorno del paciente, son todas actividades que generalmente se realizan cuando la gente está de vacaciones”, afirmó el investigador Jun Wen.
Como ejemplos que validan su postura, Wen explicó que la visita a nuevos lugares y experiencias proporcionan estimulación cognitiva y sensorial, sumado a que durante las vacaciones se camina más al aire libre con síntoma de mayor actividad física.
Además, aseguró que compartir desayunos; almuerzos o cenas con familiares y amigos -algo casi cotidiano en un viaje- influye positivamente en el comportamiento alimenticio de los pacientes psiquiátricos.
“El aire fresco y la luz del sol aumentan los niveles de vitamina D y serotonina, es un hecho que el turismo aumenta el bienestar físico y psicológico", añadió el académico de la Universidad Edith Cowan que ahora aguarda más evidencias e investigación empírica para ver si viajar puede ser recetado como tratamiento contra la demencia o la depresión.
Por su parte, un estudio de la Universidad de Syracuse Bryce Hruska y Brooks Gump reveló que las personas que vacacionan con más frecuencia en un año tienen un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, colesterol elevado, obesidad y alta presión arterial.
A su vez, The Journal of Nutrition, Health & Aging publicó un trabajo médico que sostiene que “las personas con vacaciones más cortas trabajaron más y durmieron menos que aquellos que tomaron recesos más largos” porque el estilo de vida estresante constituye un factor tan dañino como la mala alimentación.
Las vacaciones más cortas se asociaron con un exceso de muertes en el grupo estudiado. Los hombres que se tomaron tres semanas o menos de vacaciones anuales tenían un 37% más de posibilidades de morir entre 1974 y 2004 que los que se tomaron más de tres semanas.
“La reducción del estrés es una parte esencial de los programas destinados a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Los consejos sobre el estilo de vida deben combinarse sabiamente con el tratamiento farmacológico moderno para prevenir enfermedades cardiovasculares en individuos de alto riesgo”, explican.
Académicos de la Universidad de Harvard opinaron que el rendimiento laboral, físico e intelectual disminuye abruptamente cuando se trabaja durante períodos prolongados sin descanso.