Como parte del plan gubernamental, la primera etapa consiste en una redacción voluntaria del consumo de energía para luego pasar a la segunda fase que obligaría a cerrar las aerosillas o teleféricos.
En contraposición a esta medida, los responsables de los complejos invernales consideran irrelevante el cierre de estos medios de ascenso a la montaña porque su consumo total apenas llega al 0,3% de toda la electricidad del país.
“El cierre de nuestras instalaciones no disminuirá el consumo total, se podrían reducir las horas de funcionamiento y de fabricación de nieve, cortando el esquí nocturno y el suministro de agua caliente a los baños de montaña”, explicó el director de la Asociación Suiza de Remontes, Berno Stoffel, quien propuso bajar la velocidad de las telesillas para ahorrar un 20% de energía sin dejar de trabajar.
Suiza tiene un total de 2.400 telesillas y telesféricos distribuidos en sus diferentes centros de esquí que aportan unos 5.000 millones de francos suizos anuales, el equivalente a 5.100 millones de dólares estadounidenses, al producto bruto interno (PBI) nacional.
Además, las economías de regiones como El Graubünden -hogar de St. Moritz y Davos-, y el Valais, -con Saas Fee y Zermatt-, dependen en gran medida de los ingresos de la industria del esquí que durante las últimas dos temporadas resultó seriamente perjudicada por la pandemia de Covid-19.
Las estaciones de esquí suizas utilizan 183 GWh al año, lo mismo que una ciudad suiza de tamaño medio como Thun o Baden. En cada centro de esquí, el 55% de la electricidad se destina al ascenso de las personas y sus equipos, el 32% a la fabricación de nieve y el 13% a servicios como restaurantes y tiendas comerciales.
El uso total de 183 GWh en un país que produce alrededor de 65.000 GWh no parece marcar una diferencia material. El problema de Suiza está centrado en su dependencia de las importaciones de petróleo y gas debido a que no tiene recursos propios.
Cortar el suministro eléctrico en los Alpes suizos sería una medida evitable, mucho más cuando se podría incrementar la producción local ya que esa altura montañosa resulta más favorable para generar energía renovable en comparación con las zonas bajas.