De acuerdo al anuncio público efectuado por la ministra italiana de turismo, Daniela Santanchè, esta trasferencia de dinero “aumentará la dotación financiera a favor del sector turístico” teniendo como beneficiarios a los hoteles de municipios con baja densidad poblacional.
El presupuesto diagramado por las autoridades italianas estableció que este año se distribuirán diez millones de euros entre las localidades con menos de 5.000 habitantes mientras que habrá doce millones más a repartir entre 2024 y 2025.
Además, habrá cinco millones de euros en 2023 y el doble de esta suma en cada uno de los años siguientes para implementar prácticas sostenibles que minimicen el impacto negativo del turismo en el medioambiente.
Este paquete también abarca subvenciones, también a tres años, para mejorar los servicios profesionales destinados a los turistas. Tal como sucede en Francia a raíz de la crisis económica desatada por la pandemia de Covid-19, el estado italiano lleva más de dos años aprobando abultadas líneas de financiamiento al turismo.
Las agencias de viajes de Italia fueron gravemente perjudicadas. Los numerosos pequeños y medianos turoperadores de esta nación europea quedaron prácticamente al borde de la bancarrota por la inactividad total que se decretó a partir de marzo de 2020 para evitar los contagios masivos de coronavirus.
A inicios de septiembre, a través de su ministro de turismo Massimo Garavaglia, el gobierno de Italia anunció que firmará una serie de decretos para distribuir una partida de cuarenta millones de euros entre las agencias de viajes y los turoperadores como forma de impulsar la actividad del sector evitando la pérdida de puestos de trabajo.
El Partido Democrático (PD) de Italia propuso un proyecto de turismo de raíces para que los argentinos cuyos abuelos o padres hayan nacido en esa nación de la península europea viajen a los pueblos o ciudades de sus antepasados.
Legislador de ese espacio político de la centroizquierda azurra, el senador Fabio Porta sostuvo que, antes de irrumpir la pandemia de Covid-19 en marzo de 2020, más de diez millones de personas con orígenes italiano visitaban la península cada año de diferentes partes del mundo y generando un ingreso de 5.000 millones de euros en consumo de productos y servicios locales.