La figura blanca y de brazos abiertos recibe a turistas de todas partes del mundo desde hace casi un siglo y resalta entre los edificios modernos que fueron construyéndose a lo largo de los años.
El ingeniero Heitor da Silva Costa fue el encargado de la obra desde que comenzó a levantarse en 1926 en el parque Nacional da Tijuca.
Los 220 escalones que llevan a sus pies sufrieron varias reformas y terminaron siendo reforzados con cuatro escaleras mecánicas instaladas en el año 2003 y, posteriormente, con tres ascensores panorámicos.
Además, la estatua fue declarada en 2007 como una de las nuevas "Siete Maravillas del Mundo" por la institución suiza New 7 Wonders Foundation y como consecuencia de una votación mundial.
Los visitantes pueden acceder a la base del lugar en vehículos de distintas empresas turísticas que recorren el sinuoso lugar en un recorrido repleto de paisajes impactantes. Una vez allí, encontrarán una capilla preferida por los creyentes que llegan, la cual contrasta con el bullicio de la multitud que suele formarse a diario debido al valor turístico que posee el cerro.
Puede accederse al monumento mediante un paseo en tren que dura aproximadamente 20 minutos, este traspasa la Mata Atlántica hasta llegar a la cima del Corcovado, donde pueden obtenerse algunas de las mejores vistas de Brasil.
Otras paradas brasileñas famosas entre los turistas son la Bahía de Guanabara, Copacabana, Flamengo, Botafogo y el mítico estadio Maracaná