Esta cifra representa un crecimiento del 14% en comparación a esos mismo tres meses de 2019 previo a la irrupción de la ola de contagios masivos de coronavirus.
A lo largo de 2023, 48 millones de viajeros del exterior arribaron a Escocia que implicó un progreso del 17% en el número de visitantes con respecto a 2022 pese a se elevó el costo de vida e inflación.
Una labor de investigación conjunta entre el Centro Moffat de la Universidad Caledonian de Glasgow con la Asociación de Atracciones para Visitantes de Escocia (ASVA) ratificó la tendencia alcista que disfruta la industria local de los viajes.
El gobierno escocés instó a las empresas a pagar a sus empleados el salario real (RLW) que asciende a 12 libras por hora -casi 14 euros-, en vez del mínimo de 10,42 por hora que equivale a 12,15 euros.
El ministro de turismo escocés Richard Lochhead consideró como “muy importante que la hostelería y el turismo sean opciones laborales atractivas con salarios decentes que motiven a trabajar en este sector”.
“Desde que nos convertimos en un empleador con salario digno real, no hemos tenido ningún problema para atraer candidatos de calidad y sabemos por nuestro personal que pagar el salario digno real es un factor clave”, aseguró el director del museo Camera Obscura & World of Illusions, Andrew Johnson.
La actual estrategia de turismo de Escocia, denominada Outlook 2030, ambiciona ser líder mundial en el sector en el siglo veintiuno y reconoce el papel crucial que desempeñan los trabajadores en la satisfacción de los visitantes.
El gobierno de Escocia afirmó que aprobaría una ley propuesta por el oficialista Partido Nacionalista estableciendo el cobro de un impuesto turístico para todo viajero procedente del exterior que pernocte en hoteles; hostels, alquileres temporarios, casas de huéspedes y campings.
El proyecto de ley, cuyo tratamiento y eventual aprobación no se implementaría antes de mediados de 2026, estipula que el turismo receptivo debería abonar un porcentaje en relación al precio que abone por hospedarse.
Las autoridades adelantaron que todo lo recaudado se destinará a reinvertirá en infraestructura turística a nivel local.
Ante la crítica de los empresarios turísticos escoceses que advierten sobre un potencial declive en la llegada de visitantes del exterior, el Partido Nacionalista Escocés aseguró que el 85% de los ciudadanos de Edimburgo apoyarían este impuesto al turismo que generaría veinte millones de euros anuales.