La medida está vigente hasta el 31 de diciembre de 2027 para controlar el consumo de alcohol en áreas públicas y regular eventos con este tipo de bebidas a bordo de embarcaciones cercanas a las zonas afectadas.
Además, se prohíbe que las embarcaciones con fiestas o eventos multitudinarios se acerquen a menos de una milla náutica (1,852 km) de las áreas reguladas, y también restringe el embarque y desembarque de pasajeros dentro de estas zonas.
El cambio de nomenclatura del decreto responde a una estrategia para suavizar la percepción del reglamento anterior,que fue criticado por su posible impacto negativo en la principal industria de las Islas Baleares como es el turismo que representa más del 45% del PIB regional.
El decreto original de 2020, compuesto por 22 artículos, fue introducido tras reportes de medios sobre comportamientos incívicos en zonas turísticas de Mallorca e Ibiza, atribuibles al consumo excesivo de alcohol. Estas conductas incluyeron daños a la imagen de los destinos y problemas para los residentes locales. El antiguo decreto también había sido criticado por su rigidez, motivo por el cual se optó por modificar su enfoque en el nuevo decreto.
Este nuevo "Decreto de Turismo Responsable" asigna 16 millones de euros (unos 17,2 millones de dólares) provenientes de un impuesto de turismo sostenible para financiar proyectos destinados a promover el turismo responsable y mejorar las infraestructuras afectadas. El gobierno regional espera que, con estas medidas, el decreto ya no sea necesario en tres años, ya que la situación se estabilice.
El archipiélago de las Baleares, compuesto por Mallorca, Menorca y otras islas menores, ha sido durante mucho tiempo un centro de ocio nocturno para jóvenes y celebridades internacionales. La reforma del decreto busca equilibrar la imagen turística de las islas con la necesidad de mantener el orden y el respeto por las comunidades locales.
En comparación, en abril de 2024, los residentes de las Islas Canarias también se movilizaron en contra del "turismo excesivo", citando daños medioambientales debido al aumento de turistas de 11,5 millones anuales a 16 millones en la última década. Esta preocupación por el impacto del turismo refleja una tendencia más amplia en las regiones españolas hacia una gestión más responsable y sostenible del turismo.
El enfoque del nuevo decreto en las Islas Baleares destaca un cambio hacia la regulación más efectiva y el control del consumo de alcohol en áreas públicas y eventos, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los residentes y preservar la imagen de los destinos turísticos. La implementación de estas medidas y el seguimiento de sus efectos en la industria turística y en la comunidad local serán cruciales para evaluar su éxito en el cumplimiento de estos objetivos.