Este nuevo impuesto se aplicaría a los turistas que se alojen en hoteles, hostales o propiedades turísticas adquiridas a través de plataformas como Airbnb. Inicialmente, se ha propuesto una tasa del 5 %, aunque este porcentaje está sujeto a cambio tras una consulta pública de doce semanas que se realizará en el otoño europeo.
Los residentes de Edimburgo opinarán sobre si la tasa debería ser mayor o menor y sus comentarios serán fundamentales para la decisión final que se espera tenerla públicamente anunciada para medidados de enero próximo.
La bancada laboralista calificó a la medida una "forma innovadora" de apoyar el sector turístico en Edimburgo y de invertir en la mejora de la experiencia de los visitantes. Según Day, los fondos recaudados se destinarían a mantener la ciudad limpia y a abordar la crisis de vivienda que enfrenta la capital escocesa.
Sin embargo, no todos están de acuerdo. Leon Thompson, director ejecutivo de UKHospitality Scotland, expresó su preocupación por el impacto económico de la tasa. Thompson advirtió que la medida podría aumentar los costos tanto para los visitantes como para los negocios locales y sugirió que un impuesto superior al 5 % podría dañar la reputación de Edimburgo como un destino turístico de primer nivel.
También es cierto, en base a experiencia recientes en otros lugares de Europa, que los recargos turísticos no suelen disuadir a los visitantes en las grandes ciudades. Además, el 5 % propuesto en Edimburgo con el 15 % que se aplica en lugares como la ciudad estadounidense de Nueva York, calificando la tasa escocesa como "bastante pequeña".
La implementación de este impuesto podría marcar un precedente en el Reino Unido, con Edimburgo a la vanguardia de una nueva tendencia que podría extenderse a otras ciudades del país. Mientras tanto, la consulta pública en otoño será crucial para determinar el futuro de esta controvertida medida.