Con las modificaciones, el Aeropuerto Internacional de Lima Jorge Chávez triplicará su espacio actual y podrá duplicará la capacidad de pasajeros que puedan llegar al lugar, convirtiéndose en uno de los más importantes y de mayor tamaño de la región peruana. El anuncio tomó fuerza en un momento en que el sector turístico comenzó a recuperarse tras un año y medio de poca actividad y las autoridades esperan que la edificación atraiga una mayor cantidad de turistas tanto nacionales como extranjeros.
El comunicado fue difundido el 11 de noviembre por Francisco Silva, ministro de transportes y comunicaciones, quien aseguró que las obras en la terminal aérea volverán en diciembre de 2021.
“La nueva infraestructura será tres veces más grande que la actual terminal de pasajeros del aeropuerto. Esto permitirá brindar un servicio más óptimo a los viajeros. Además, estas obras contribuyen a reactivar la economía peruana tras el impacto de la COVID-19”, expresó Silva tras el anuncio.
Según comentaron las autoridades, el plan abarca la construcción de una nueva torre de control con edificios conexos y una segunda pista, y proyectan que una vez finalizadas las obras no solo incrementará el flujo de viajeros extranjeros, sino que generará 3.500 puestos nuevos de trabajo. Además, planean completar la “ciudad aeropuerto” con nuevos hoteles, oficinas, servicios de aviación, almacenes, áreas de carga y un parque logístico.
El proyecto fue anunciado por primera vez a mediados de 2019, cuando el gobierno de Perú, liderado entonces por Francisco Sagasti, informó que la terminal aérea pasaría por una serie de modificaciones con el objetivo de transformarla en una de las más grandes del país, tras una inversión de US$ 1.500 millones.
Entre las modificaciones anunciadas en ese año, el aeropuerto triplicaría su tamaño, incorporando un predio de 700 hectáreas, y aumentaría al doble su capacidad, que hasta el momento era de 23 millones de pasajeros, para pasar a recibir 35 millones en 2024 y, finalmente, a 50 millones en 2050.
Además, el anuncio surgió en un contexto de crisis institucional que tuvo como resultado la elección que llevó a Pedro Castillo a asumir la presidencia a fines de julio de 2021. De esta manera, entre la difícil situación del país y la llegada de la epidemia mundial en 2020, había mucha incertidumbre sobre la continuidad de las obras.
Finalmente, el proyecto en conjunto con la concesionaria Lima Airport Partners (LAP), la empresa alemana Fraport y el IFC, vinculada con el Banco Mundial, sufrió un retraso de un año. Tras el ultimo anuncio, la terminal aérea estaría lista para 2025 con una inversión de US$ 700 millones, según comunicaron las autoridades, completando de esta manera una etapa más larga de la prevista pero que será un factor clave para la reactivación definitiva del sector turístico.