Este año, los espectadores podrán disfrutar de la experiencia del avistaje de la Ballena Franca Austral al mismo precio de 2024, una decisión tomada de manera conjunta entre el sector público y privado para acompañar la realidad del mercado argentino. El precio de embarque para adultos será de 125.000 pesos hasta septiembre, cuando pasará a 150.000 pesos, reflejando el compromiso de las seis empresas operadoras con la sustentabilidad y la accesibilidad turística.
A modo de incentivo especial para reactivar el turismo interno, los residentes de Chubut accederán a la promoción 2×1 en avistajes desde el 10 de junio hasta el 10 de julio. Esta medida busca impulsar la participación local y reconocer la importancia de los chubutenses en la dinamización de la actividad turística.
La Península Valdés, Área Natural Protegida y Patrimonio de la Humanidad, recibirá este año a miles de visitantes de todo el país y el mundo, cautivados por la llegada anual de los grandes cetáceos. La Ballena Franca Austral elige las tranquilas aguas chubutenses para su ciclo reproductivo, amamantando y socializando a escasos metros de las embarcaciones.
Desde Puerto Pirámides, la única localidad habitada dentro de la península, seis empresas autorizadas realizarán los avistajes embarcados a lo largo de la temporada. Esta excursión, considerada de las mejores del mundo, invita a presenciar saltos, juegos y el icónico spy hopping de los mamíferos en un marco natural inolvidable.
Además, la reserva natural El Doradillo, cercana a Puerto Madryn, ofrece la posibilidad de observar ballenas desde la costa, sumando alternativas para los diferentes públicos y prolongando la variedad de propuestas. De junio a octubre, madres y crías brindan un espectáculo único a escasos metros de la playa, fortaleciendo la oferta de la región.
Este año, el trabajo conjunto de empresas, comunidad y gobierno apunta a consolidar la oferta turística de Chubut a partir de tarifas accesibles, propuestas innovadoras y una mirada puesta en la calidad, la conservación y el desarrollo local. La invitación está hecha: profesionales y operadores de Argentina tienen en las ballenas de Península Valdés una oportunidad inmejorable para potenciar ventas y cautivar a los viajeros con una de las experiencias más fascinantes del planeta.
La apertura formal de la temporada de avistaje de ballenas generalmente se realiza sobre mediados de junio predominando los ejemplares de la especie eubalaena australis o franca austral que llegan a la región en esta época del año para cumplir el ciclo vital de reproducción y cuidado de los ballenatos.Esto configura un espectáculo único que se repite todos los años con una población que ronda los 2.000 mamíferos cuando se producen los nacimientos.
Desde hace una década se observa la presencia de ejemplares hacia el norte y el sur de Península Valdés, abarcando gran parte de la costa atlántica chubutense sobre el extremo noreste de esta provincia, desde Playa Unión, a la altura de la desembocadura del río Chubut, hasta el golfo de San Matías, en el sudeste de la vecina provincia de Río Negro.
Investigaciones recientes comprobaron que las ballenas vuelven al mismo sitio porque tienen lo que en zoología se denomina filopatria consistiendo en permanecer en el mismo territorio en que nacieron o regresar ahí para reproducirse. Declarado como Patrimonio Mundial de la Humanidad, la chubutense Península Valdés acoge una de las mayores poblaciones de cetáceos del mundo, englobando más de 2.500 ejemplares. La ballena franca austral es la más destacada y puede llegar a medir quince metros de largo y pesar unas cuarenta toneladas.