Muhyiddin Yassin, ex primer ministro de Malasia comunicó a través de sus redes sociales que la nueva medida fue tomada como consecuencia al gran avance en las campañas de vacunación que registró el país y a que los contagios por COVID-19 continúan disminuyendo. El anuncio sumará a las habilitaciones que ya están en funcionamiento en muchos otros países del mundo, generando de esta manera un flujo mucho mayor de movimiento de turistas extranjeros a nivel planetario.
En este marco, el Ministerio de Turismo, Arte y Cultura de Malasia presentó en el Consejo las medidas para rehabilitar la actividad turística, uno de los sectores más perjudicados con las limitaciones a viajar impuestas en gran parte del mundo desde marzo de 2020, como precaución a la expansión del coronavirus. Entre los puntos a tartar, exhibieron la posibilidad de implementar un proyecto piloto para la reapertura del sector turístico.
Además, las autoridades de la región crearon una “burbuja verde” en el archipiélago de Langkawi, destino autorizado para recibir turistas nacionales desde el 16 de septiembre y que espera a los viajeros internacionales a partir del 15 de noviembre, tras la nueva habilitación.
"La reapertura de las fronteras para los turistas extranjeros se realice a más tardar el 1 de enero de 2022 para dinamizar aún más el sector turístico del país", informó el Consejo, como próximo paso a seguir tras el proyecto piloto. Sin embargo, todavía no fueron detallados específicamente cuales serán los requisitos sanitarios para las personas extranjeras que deseen visitar Malasia el próximo año.
El país asiático recibía cerca de 30 millones de turistas extranjeros antes de que comenzara la pandemia, de los cuales 35 mil viajeros del 2019 fueron españoles. Con la implementación de las nuevas medidas cada vez más próxima, las autoridades esperan que el sector vuela a reactivarse y alcance los niveles anteriores a la pandemia lo antes posible.