La normativa gubernamental estableció que sólo se podrá edificar un nuevo hotel si previamente cierra otro establecimiento y siempre que se trate de un proyecto sostenible que incremente la cantidad de plazas ya existentes.
“Queremos que nuestra ciudad sea habitable para residentes y visitantes, para esto tenemos que impedir el sobreturismo y limitarnos a un máximo de veinte millones de pernoctaciones hoteleras anuales”, expresó el gobierno local a través de un comunicado oficial que transmitió su decisión.
Esta normativa no se aplicará a los hoteles nuevos que ya cuenten con su correspondiente permiso habilitante expedido previo a la entrada en vigencia de la prohibición.
A mediados de 2021, se publicó una ordenanza denominada Turismo de Ámsterdam en equilibrio donde la municipalidad se obligó a intervenir cuando se superen los dieciocho millones de viajeros en la capital de Países Bajos.
Ámsterdam prohibió el ingreso de cruceros en su terminal portuaria del Río IJ, cercano a la estación central ferroviaria, como forma de limitar la cantidad de visitantes extranjeros disminuyendo la contaminación ambiental.
Esta medida se implementó con apoyo de todo el arco político local que consideró que las embarcaciones turísticas contradicen las acciones de sostenibilidad que caracterizan a esta urbe del norte de Europa.
El consejo gubernamental de la capital de Países Bajos actualmente gestiona un plan de cambio integral de Ámsterdam como destino turístico que incluye la limitación al consumo de cannabis en las calles del Barrio Rojo popularmente conocido por sus burdeles.
Ámsterdam lucha para dejar atrás su pasado asociado al Barrio Rojo y también van mermando los cafés de cannabis como política pública para reorientar a los turistas a los museos, restaurantes y galerías de arte.
Según estimaciones oficiales, Ámsterdam recibe veinte millones de turistas extranjeros por año y, la mayoría de ellos, arriban para practicar el denominado turismo de excesos o viajes de borrachera al que incita su vida nocturna.
"Los cruceros en el centro de la ciudad no encajan en el plan de Ámsterdam de reducir el número de turistas", opinó Ilana Rooderkerk, representante del partido liberal D66 que gobierna la ciudad junto con el Partido Laborista y los ecologistas.