Ante los principales referentes, profesionales y empresarios de la industria de los viajes del Caribe y toda América reunidos en la jamaiquina isla de Santa Lucía, Chile también conquistó por segundo año seguido el premio al mejor destino sudamericano en una terna que compitió con potencias de peso como Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y la Argentina.

Los organizadores del evento informaron que sus expertos, tras evaluar detalladamente cada una de las naciones participantes, consideraron que Chile es el mejor destino romántico a nivel continental por quinta vez gracias a los paisajes del desierto de Atacama, un territorio que se extiende por las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo.

Subsecretaria de turismo de Chile, Verónica Kunze sostuvo que estos premios confirman que Chile cuenta con un enorme potencial por sus atractivos naturales y la labor que realizan los emprendedores y empresarios de la industria diversificando destinos para que los viajeros puedan elegir entre múltiples opciones.

“Esto impulsará la llegada de visitantes extranjeros a Chile y será un factor importante para cumplir la proyección de casi 1,9 millones de viajeros internacionales durante este año 2022”, aseguró Kunze en diálogo con la prensa trasandina.

La directora nacional del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), Beatriz Román, señaló que ‘estos logros demuestran el potente trabajo de promoción de nuestras atracciones turísticas.

“Nuestra mejor carta de promoción es sacar a relucir la gran la diversidad del territorio nacional, sobresalimos gracias a los amplios espacios naturales en los que se pueden vivir experiencias únicas”, afirmó la titular del Sernatur chileno.

Según estimaciones del gremio turístico, Chile recién en cuatro años y medio podría recuperar estas cifras que tenía en la época previa a la pandemia cuando recibía anualmente a seis millones de turistas procedentes del exterior.

Sin embargo, las dificultades del turismo chileno se originaron antes de surgir el Covid-19 porque, tal como coinciden los agentes de viaje y operadores privados, mermó un 30% el arribo de visitantes extranjeros a partir de la ola de protestas sociales de fines de 2019 en la capital de Santiago y las principales ciudades trasandinas.