Esta decisión, que ha desatado un amplio debate en redes sociales, se basa en un estudio que indicó que un abrazo de veinte segundos resulta suficiente para generar los beneficios emocionales deseados como la liberación de oxitocina que también es popularmente conocida como la hormona del amor.
El director ejecutivo del aeropuerto, Daniel De Bono, explicó que esta reglamentación mejorará la eficiencia en el flujo de pasajeros tanto de los que arriban como despegan de la pista neozelandesa.
Al acortar las despedidas emotivas, se permite que más personas disfruten de un abrazo sin generar congestiones en el área. Sin embargo, para aquellos que deseen despedirse con más tiempo, el aeropuerto ofrece quince minutos gratuitos en su estacionamiento, donde el equipo del aeropuerto ha observado "situaciones interesantes" a lo largo de los años.
La medida causó reacciones disímiles en la interacción a través de redes sociales como Twitter, Facebook e Instagram donde algunos usuarios consideran que la restricción de los abrazos es innecesaria. Al mismo tiempo, miles de seguidores se sorprenden que todavía exista una zona de llegadas gratuita en un aeropuerto dado el incremento de tasas en otras partes del mundo.
Este aeropuerto se transformó en el centro de atención global por su enfoque innovador en la gestión de las emociones en un entorno caracterizado por despedidas y reencuentros emotivos.
El gobierno de Nueva Zelanda aumentó un 285% a la Tasa de Conservación y Turismo de Visitantes Internacionales desde el pasado 1° de octubre como forma de solventar parte de los gastos de mantenimiento obligado ante la llegada grandes contingentes de viajeros procedentes del exterior.
A partir del martes 1° de octubre , los turistas que ingresen al país deberán pagar 100 dólares neozelandeses (equivalente a 62 dólares estadounidenses o 56 euros), en comparación con los 35 dólares neozelandeses que se cobraban anteriormente.
El turismo es un pilar importante de la economía neozelandesa; en 2023, cerca de 4,9 millones de turistas visitaron el país, contribuyendo con alrededor de 11.000 millones de dólares neozelandeses a la economía (6.829 millones de dólares estadounidenses o 6.177 millones de euros).