Tras un mes de navegar 18.000 kilómetros, el barco Pacific Explorer atracó en el puerto de la ciudad australiana de Sidney que configura un hecho inédito desde que, en marzo de 2020, se reportó un centenar de contagios de coronavirus incluyendo veintiocho fallecimientos atribuidos al crucero Ruby Princess.
Tanto el Pacific Explorer como otros dos cruceros que son propiedad de la compañía P&O quedaron varados en la costa de Chipre durante casi todo el año pasado mientras aguardaban que las autoridades sanitarias de Australia levantaran la prohibición ante las sucesivas olas de contagios.
Vocera de la empresa naviera, Lyndsey Gordon informó que las reservas en los cruceros australianos de P&O aumentaron durante este último tiempo hasta acercarse a los niveles previos a la pandemia de Covid-19.
A su vez, el ministro australiano de turismo, Dan Tehan, celebró el acuerdo alcanzando con los gobernadores para unificar la postura y protocolos sanitarios permitiendo reiniciar los viajes de cruceros.
“Los barcos tardarán un par de meses en llegar hasta acá, los cruceros recién podrían retomar su ritmo normal a partir de finales de 2022 y el sector de los viajes necesita apoyo continuo del gobierno hasta que eso suceda”, opinó Dean Long, director ejecutivo de la Federación Australiana de Agentes de Viajes.
En plena crisis sanitaria por la irrupción de la variante Ómicron que afectó a geriátricos y trabajadores esenciales, Australia ya llegó a un total de 2,4 millones de infectados desde marzo de 2020, período en el que se produjeron 4.250 fallecimientos a causa de esta pandemia.