Tafí es famoso por su Ruta del Queso, que permite visitar tambos y pequeñas fábricas familiares, degustar variedades locales y entender la importancia de la lechería en la economía regional.
Además, su cercanía con sitios arqueológicos como Los Menhires o el Parque Temático Diaguita refuerzan el perfil cultural del destino. Las caminatas por la Quebrada de los Sosa o el ascenso al cerro Muñoz completan la propuesta para viajeros activos.
La gastronomía combina sabores autóctonos con propuestas contemporáneas: empanadas al horno de barro, locros, tamales y platos vegetarianos conviven en una oferta diversa que sorprende al paladar.
Los alojamientos incluyen hosterías tradicionales, casas de campo y nuevos lodges de montaña con servicios personalizados. La temporada alta se da en enero y Semana Santa, pero los meses de marzo a mayo ofrecen una experiencia más tranquila y climáticamente agradable.
Tafí del Valle apuesta por el turismo cultural y rural como eje de desarrollo, con programas de fortalecimiento comunitario y participación activa de pueblos originarios.
Esta villa turística de Tucumán se recorre por sendas demarcadas e itinerarios para transitar con guías según sus diversos niveles de dificultad para todas las edades y entrenamiento físico hasta su diferente duración de tres horas a tres días.
Como ya informamos en nuestra nota de febrero sobre el turismo de aventura en Tucumán, algunos de los senderos más recorridos son los que llevan a la cima del cerro El Pelao, a la cascada de Los Alisos o hacia las Cumbres Calchaquíes, donde está el sitio conocido como La Mesada.
Esta localidad de la provincia de Tucumán, en la actualidad está posicionada como un destino integral que honra su identidad y ofrece experiencias inolvidables en el norte argentino.