Respaldado en investigaciones científicas, las autoridades locales sostienen que el derretimiento no es resultado exclusivo del cambio climático porque este recurso natural también está siendo perjudicado por los sistemas de calefacción que emplean los escaladores.
Director general del departamento de turismo de Nepal, Taranath Adhikari, anunció que el derretimiento de los glaciares los llevó a evaluar un eventual traslado del actual campamento base del monte Everest que ahora está a 5.364 metros para levantarlo en otro lugar sitio más seguro ante las 60.000 personas que lo visitan cada año.
“Nuestro glaciares se están derritiendo a un ritmo más rápido debido a la actividad humana, ahora estamos en una fase preliminar de planificación para luego tomar una medida en base a la decisión final del primer ministro y su gabinete”, sostuvo Adhikari en declaraciones formuladas a la agencia de noticias Anadolu.
El funcionario nepalí admitió que la ausencia de baños en el campamento base obliga a que los escaladores orinen y defequen en la nieve, una actividad perjudicial para la naturaleza que se suma a los daños generador por el gas utilizado para cocinar y calentar las carpas.
Esta temporada se extendieron 740 permisos para escalar la cima del Everest, una cantidad similar a la habitual en épocas previas a la irrupción de la pandemia de Covid-19.
El campamento base del monte Everest está ubicado en la región de Khumbu, hogar del pueblo nativo Sherpa. Los guías locales anunciaron posibles avalanchas y derrumbes de hielo dentro de poco tiempo. El nuevo campamento base estaría emplazado entre 200 y 400 metros más bajo en altitud donde no hay hielo en ninguna época del año.
Dueño del récord global con veintiséis ascensos a la cima del Everest, Kamil Rita Sherpa consideró que será inútil toda mudanza del campamento base ya que no protegerá al medioambiente pero incrementará el potencial peligro para los montañistas que así tendrán más horas de escalada.
En base a sus conocimientos y experiencia, Kamil Rita Sherpa propuse obligar a todas las expediciones a depositar sus desechos en bolsas reciclables para después vaciarlas en contenedores apropiados.
A mediados de abril de 2018, una treintena de trabajadores chinos limpiaron el Everest de donde retiraron un total de 8,5 tonelada de basura, de las cuales, 2,3 eran excrementos humanos.