El gobierno japonés aplicó limitaciones en sus fronteras a inicios de 2020 conforme se expandían los contagios masivos de coronavirus y durante la crisis sanitaria global aplicó una prohibición total de entrada de visitantes que se mantuvo hasta octubre de 2022 cuando empezó una etapa de flexibilizaciones escalonadas.
A partir de entonces se vivió una tendencia alcista que subsiste hasta ahora porque la cantidad de visitantes procedentes del exterior crece de manera progresiva conforme los vuelos internacionales se han ido reanudando.
A esta tendencia contribuyó durante 2023 la devaluación del yen frente a otras divisas como el dólar o el euro, una depreciación que hace más atractivo al archipiélago nipón frente a otros destinos.
La mayor cifra mensual de turistas extranjeros se registró en julio de 2019 con 2,9 millones de ingresantes. Ese año, el previo a la pandemia global, Japón recibió un total de 31,8 millones de visitantes extranjeros que se mantiene como la plusmarca nipona.
El país asiático viene aplicando políticas destinadas a promover la llegada de visitantes extranjeros como vía para dar un nuevo impulso a su economía aunque al mismo tiempo sufre inconvenientes provocados por los viajes masivos. En la ciudad de Kioto se generaron embotellamientos u alteraciones de las rutinas cotidianas de los residentes locales.
La mayor fuente emisora de Japón en marzo fue su vecina Corea del Sur con 663.100 viajeros. Taiwán se situó en segundo lugar con 484.400 visitantes y en tercero China con 452.500.
Según datos oficiales de la Organización de Turismo de Japón, los visitantes extranjeros en el trimestre inicial de 2024 aportaron 1,75 billones de yenes que equivalen a 10.643 millones de euros.
Tras analizar a 117 naciones de los cinco continentes, el Foro Económico Mundial posicionó a Japón como líder del ranking global de desarrollo turístico gracias a ser calificado con un 5,2 sobre un puntaje máximo de siete considerando su patrimonio, sustentabilidad ambiental, situación política, facilidad para recibir viajeros procedentes del exterior e infraestructura.