Según datos gubernamentales recientes, este segmento representa más del 20% del turismo total en estas tres urbes gracias a su infraestructura moderna y la conectividad aérea.
El Centro de Convenciones de Córdoba, por ejemplo, se afirmó como uno de los espacios más demandados para eventos de gran envergadura mientras que Salta potenció su atractivo con propuestas culturales y naturales que complementan las jornadas laborales.
Uno de los principales desafíos que enfrentan estas tres ciudades argentinas consiste en garantizar una oferta de servicios competitiva en un mercado global en constante evolución. Desde el acceso a tecnología de atención de punta hasta la capacitación del personal en al cliente, los destinos están invirtiendo en mejoras que los posicionan como referentes internacionales.
La conectividad aérea es otro punto clave aunque Córdoba y Rosario tienen vuelos regulares hacia destinos nacionales e internacionales pero todavía existen limitaciones en las conexiones con mercados emergentes. Salta, por su parte, obtuvo avances significativos en su conectividad con países limítrofes.
El turismo de reuniones beneficia a hoteles y centros de convenciones, también a restaurantes, transportistas y comercios locales. Este impacto transversal lo convierte en una herramienta poderosa para el desarrollo regional, incentivando la inversión y creando empleo en cada destino.
Con una planificación estratégica y un enfoque en la sostenibilidad, Córdoba, Rosario y Salta están demostrando que Argentina tiene el potencial de liderar el turismo de reuniones en América Latina. Este segmento, lejos de ser solo un complemento, se consolida como un motor clave para la economía nacional.